6 de octubre de 2012

El "caso" de la Sra. Evans


   Sobre la mesa del despacho de Mr. Sheridan, alcalde del pueblecito de Ashford, en el condado de Middlesex, Inglaterra, hay una curiosa petición; la de una madre que solicita cupones de racionamiento "extras" para su hijo. Y es que la Sra. Evans, firmante del escrito, le preocupa, 
como a todas las madres, el peso (según las básculas automáticas), de su hijo Ernesto, que no es un Ernesto cualquiera. Porque Ernesto Evans pesa 130 kilos y mide cerca de dos metros y medio de altura... 
   Es justo que la mamá del gigante se preocupe por mala salud de éste. Ernesto constituiría toda una papeleta para cualquier ama de casa y es un problema alimenticio para la Sra. Evans.  
   Ernesto Evans, a quien ya de pequeño le tenían que hacer la ropa, según su madre, muy "cumplidita", fue hasta hace poco el terror de los perales de las afueras de Ashford y manifiesta que su envergadura solo le produce molestias al viajar -ha roto varias bombillas en los trenes- y al dormir, pues su cama no puede ser tampoco una cama cualquiera. Por lo demás es un muchacho normal, bien proporcionado dentro de sus dimensiones, que quiere mucho a su madre, y que necesita mas carne y mas mantequilla...


  Esta noticia tan curiosa esta recogida de una publicación llamada Ecos del Sanatorio, que data del 1947. Dicha revista fue obra del personal del hospital de Santa Marina, en Bilbao, y tenia como objetivo el de informar y entretener a los pacientes en su, a menudo, largo tratamiento.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario